La agresividad cotiza al alza: los delitos por peleas crecen un 7% en Galicia
Fruto de la promoción de modelos de masculinidad que normalizan el uso de la fuerza y la violencia, de la ingesta de alcohol y otras sustancias que merman la capacidad de autocontrol y de otros factores, las calles de muchas urbes gallegas sirven de escenarios a las peleas multitudinarias. Entre los últimos ejemplos, el enfrentamiento entre decenas de jóvenes en el parque coruñés de Santa Margarita, que forzó la movilización de varias patrullas de la Policía Local y Nacional, o el brutal enfrentamiento entre dos clanes en una pedida de mano que acabó en Ribeira con un muerto, decenas de heridos y con más de una docena de detenidos.
Según las estadísticas del Ministerio del Interior, entre enero y marzo en Galicia se registraron 291 delitos graves y menos graves relacionados con lesiones y riñas tumultuarias, 18 más que en el mismo periodo de 2024 (+7%) en un contexto en el que solo cinco comunidades registraron una reducción de las peleas. La comunidad copó el 4,3% de los 6.240 hechos que se pusieron en conocimiento de Guardia Civil, Policía Nacional y policías locales en el conjunto de España. La radiografía revela que, desde 2021, el aumento de estas trifulcas ha sido continuo, con la salvedad de 2023.
En comparación con el escenario prepandemia, la estadística, que agrupa los enfrentamientos grupales y las lesiones causadas en peleas convencionales, esto es, por ejemplo entre dos personas, indica que se han disparado un 27% en Galicia al pasar de los 954 delitos atendidos en 2019 a los 1.211 del año pasado. No obstante, el incremento fue más intenso a nivel estatal, donde este tipo de sucesos despuntó un 47%. En ambos casos llama la atención que la progresión de estas infracciones fue superior al aumento general de la criminalidad, que en la comunidad creció un 19% de 2019 a 2024 frente al 12% de media en España.
El sindicato CEP avisa: "Llevamos años denunciando el aumento exponencial de los delitos violentos"
"Llevamos años denunciando el aumento exponencial de los delitos violentos", explica José Javier Martínez, el secretario de comunicación de la Confederación Española de Policía (CEP), que indica
que los agentes se encuentran "con más armas blancas y de fuego" en sus intervenciones en las calles. El sindicato denuncia "la discriminación de Galicia" en el refuerzo de los medios humanos y materiales en los últimos años tanto para los cuerpos policiales como para la Guardia Civil. Rechaza que el Ministerio del Interior defienda que aumenta los efectivos alegando que "los quitan de las calles" para dedicarse a "funciones administrativas" como la gestión del DNI o el pasaporte. Entre tanto, echan en falta profesionales para las radiopatrullas, equipos antidisturbios y para los investigación.
Jorge García Marín, profesor de Sociología: "A nivel cultural falta promover modelos de homes pacíficos"
Aunque la violencia existe "desde tempos pretéritos", el profesor del departamento de Ciencia Política y Sociología de la USC Jorge García Marín señala que actualmente se pone el "foco" en este fenómeno por una cuestión de visibilidad ya que la difusión de vídeos y el impacto que crean hace que nuestra percepción sobre el número de peleas que acontecen sea mayor.
El experto no considera que se esté produciendo una tendencia de aumento de la violencia, sino que "existen máis formas de levala a cabo e ponse máis o acento neste tipo de situacións". Destaca que las peleas suceden "sempre en grupo" y que es así como la violencia se convierte "nunha forma de socialización, de buscar un elemento de cohesión e de pertenza a unha banda ou a unha tribu". Además advierte que no debemos "circunscribir sempre" la violencia a la nocturnidad o a los efectos del alcohol y apunta que esta se da en todo tipo de "capas sociais" y en personas que "usan la fuerza como mecanismo de defensa".
"O comportamento social é algo aprendido. As sociedades non nos ensinan a saber xestionar as nosas emocións nin os nosos problemas a través da conversa ou dunha solución amigable. Parece que aprendemos a soltar un puñazo e a preguntar despois", reflexiona. En cuanto a la razón por la que los hombres recurren más a este tipo de enfrentamiento físico que las mujeres indica que los procesos de socialización "da construción da masculinidade veñen dados por eses modelos tóxicos polos que deprendemos a través da figura do 'cowboy', da do home que vai á guerra ou do superheroe. É fácil relacionar a un home con estes comportamentos e non coidando a súa avoa ou a súa parella".
Entre las soluciones que propone Marín para erradicar estos comportamientos está primar modelos masculinos "pacíficos". Señala que en muchas ocasiones se busca el prototipo de "malote" como un "modelo de seducción" cuando lo idóneo sería promover y visibilizar los comportamientos opuestos a través de "películas, contos, a música" y otros productos culturales. Y es que la sociedad imita los cánones que se incentivan, que "pasan a ser interesantes".
Manuel Isorna Folgar: "Noiteboa é o día do ano no que máis conflitos se dan"
"O ser humano é agresivo por natureza pero non é violento", reflexiona Manuel Isorna, profesor del área de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico en la UVigo. Este doctor en Psicología y máster en drogodependencias incide en que la violencia es algo que se aprende.
Una de las teorías que explican este fenómeno es la de la rotura de expectativas por la que, al verse frustradas las previsiones, "a nosa resposta é a agresividade".
Isorna destaca que los estímulos a los que estamos expuestos adquieren mucha importancia en nuestro comportamiento. Por eso, recalca la importancia de "controlar a que incentivos están expostos os nosos fillos, porque poden derrubar a educación da familia e da escola en cuestión dun minuto". El psicólogo también explica los distintos agentes que contribuyen a esta violencia y pone el foco en "os observadores", ya que influyen en que esta se dé "en maior medida". En muchas ocasiones, "o impulso que precisan os agresores para seguir exercendo a violencia é a inacción dos que miran". Advierte, también, del peligro de "recompensar" los comportamientos conflictivos en forma de "prestixio social" ya que esto hace que ser violento "dea razón e popularidade".
Estas cuestiones también responden a una cuestión biológica ya que "a corteza prefrontal acaba de desenvolverse aos 23 anos e esta é a que se encarga da ética e da moral, do control do impulso, da planificación, toma de decisións e incluso da vergoña", explica Isorna, que constata que esta es una de las razones por las que "os adolescentes son adolescentes". A estas edades, la ingesta de alcohol, que se absorbe rápidamente, llega al corazón, que lo bombea y lo lleva, en primer lugar a esa corteza prefrontal, lo que provoca que la zona se deprima, llevando a la desinhibición del sujeto.
Sumando este factor a la teoría de la olla a presión, por la cual la violencia se acaba ejerciendo cuando "un día explotas", el experto indica que el día del año en el que se dan más peleas es el de Nochebuena. "Tras todo o ano existe tensión acumulada que tende a liberarse en forma de pelexa xa que ese día case todo o mundo bebe alcohol", explica.