Giro de 180 grados en la prohibición de estufas y chimeneas de leña
La reciente propuesta de la Unión Europea para restringir el uso de estufas y chimeneas de leña y pellets a partir de 2027 generó preocupación en Galicia, donde la calefacción con biomasa es una tradición profundamente arraigada. Esta iniciativa busca reducir las emisiones de carbono, pero su implementación podría tener implicaciones significativas en la comunidad gallega.
En Galicia, especialmente en las zonas rurales, el uso de estufas y chimeneas de leña es una práctica común debido a la abundancia de recursos forestales y al carácter económico de este tipo de calefacción. La posible prohibición afectaría a numerosos hogares que dependen de la leña como fuente principal o complementaria de calor.
Además, la industria local dedicada a la fabricación, venta e instalación de estos sistemas de calefacción podría enfrentar desafíos económicos bastante significativos. Muchas de estas empresas tendrían que cambiar por completo su forma de negocio para no acabar en banca rota.
No ha habido ni se prevé una prohibición oficial
Aunque la propuesta de la Comisión Europea ha generado alarma, es importante destacar que, hasta la fecha, no se ha implementado ninguna prohibición oficial. La presentación del borrador del nuevo Reglamento de Ecodiseño, prevista inicialmente para el 12 de febrero, fue pospuesta debido a críticas y a la necesidad de realizar trabajos técnicos adicionales. Países como Alemania y la República Checa han manifestado su oposición, argumentando que las regulaciones podrían encarecer los sistemas de calefacción y aumentar la dependencia de la electricidad en zonas con redes inestables.
Carlos Oliván, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (Aefecc), aclaró que la Unión Europea no ha prohibido las estufas, chimeneas y calderas de biomasa. Aunque el borrador del nuevo Reglamento de Ecodiseño planteaba límites técnicamente inalcanzables que podrían haber supuesto una prohibición de facto de la venta de nuevos equipos de calefacción por biomasa a partir de 2027, la Comisión canceló la reunión en la que se iba a presentar dicho borrador.
Actualmente, el organismo europeo parece más abierto a tratar con el sector medidas técnicas que permitan actualizar el reglamento de manera que se reduzcan las emisiones de partículas y se mejore la eficiencia energética, sin prohibir estos sistemas de calefacción. De hecho, el presidente de Aefecc aseguró que es imposible reducir tanto las emisiones como pretendería la UE.
La reestrición provocaría una total dependencia de la red eléctrica
Más allá del impacto en los hogares –unos dos millones en España–, la posible restricción al uso de la biomasa afectaría a toda una cadena productiva que abarca desde fabricantes e instaladores hasta comercios y empresas dedicadas al reciclaje para la producción de pellets.
Además, la eliminación progresiva de esta fuente de calefacción supondría una mayor presión sobre la red eléctrica, que ya enfrenta desafíos ante el auge del vehículo eléctrico y la creciente demanda energética en Europa.
"Quien tiene una estufa de leña sabe que, con una leñera bien surtida, puede pasar el invierno sin sobresaltos", advirtió Carlos Oliván, poniendo sobre la mesa la incertidumbre que generaría depender exclusivamente de la electricidad en un contexto de redes sobrecargadas y posibles cortes de suministro.
La UE prohibió el uso de calderas de combustibles fósiles a partir de 2040 en hogares
Es relevante mencionar que, en el contexto de la transición energética, la Unión Europea ha aprobado una legislación que prohíbe la subvención de calderas exclusivamente de combustibles fósiles a partir de 2025 y su uso total en los hogares europeos para 2040. Esta medida busca descarbonizar el sector de la construcción y fomentar el uso de energías renovables. Aunque esta normativa no afecta directamente a las estufas y chimeneas de leña, refleja la tendencia hacia regulaciones más estrictas en materia de emisiones y eficiencia energética.
En este contexto, una posible prohibición de estufas y chimeneas de leña representaría un desafío para Galicia, ya no solo por su posible impacto económico, sino por el cultural. Sin embargo, es crucial destacar que, hasta el momento, no se ha adoptado ninguna medida definitiva al respecto. Las personas del sector se mantienen tranquilas a la espera de futuras novedades.