El CSI gallego del fuego: así opera el equipo que busca las causas y pone en el foco al causante

Un grupo de agentes ambientales con años de bagaje conforma la unidad de élite de la Xunta que determina el origen de las llamas y recaba pruebas para desentrañar por qué arde
Aurelio Mosteiro, en Centro de Coordinación Central de Incendios. EP
Aurelio Mosteiro, en Centro de Coordinación Central de Incendios. EP

En el amplio dispositivo antiincendios desplegado en los montes gallegos en este verano negro no solo están los efectivos que luchan por tierra y aire para apagar las llamas o los que vigilan el terreno. También trabajan a destajo los que indagan en las causas de los fuegos y, si son intencionados, tratan de dar con los autores.

Conforman la Unidade de Investigación de Incendios Forestais (Uifo) de la Xunta, el CSI gallego del fuego, un equipo integrado por unos 15 agentes ambientales que se apoyan en los demás medios del operativo para saber por qué arde y qué o quién está detrás. 

¿Cómo trabaja esta unidad?

En momentos como el actual, en el que se suceden y simultanean los incendios, hacen una especie de triaje para dar prioridad a los de mayor superficie, los próximos a viviendas, los que se declaran en zonas con fuegos reiterados o aquellos en los que todo apunta a que son provocados.

Los investigadores, que tienen a sus espaldas miles de horas de combate en incendios y mucha experiencia en el comportamiento del fuego, se desplazan al lugar para determinar el área de inicio, recabar pruebas indiciarias en la superficie afectada y establecer las causas: si es intencionado, fruto de una imprudencia o negligencia u originado por factores naturales. 

Aurelio Mosteiro, coordinador adjunto de esta unidad de élite, explica que, por lo general, su labor comienza cuando el incendio está "rematado" para no entorpecer las labores de extinción, aunque en fuegos de relevancia como los de este agosto ya acuden antes a la zona para recabar información, y también van analizando las imágenes que les llegan de los medios aéreos.

La clave está en "determinar con certeza el área de inicio", pues allí estarán las mayores pistas sobre las causas. Y lo curioso es que empiezan por el final. Leen el comportamiento del fuego al revés, desde donde acabó hasta el punto donde se desató. 

¿Es difícil dar con las causas? 

Aurelio Mosteiro explica que hay circunstancias en las que el proceso es "rápido", por ejemplo cuando se debe a factores naturales como puede ser una tormenta o a una impudencia, por las evidencias que existen, pero si es intencionado "la cosa se va complicando".

Realizan una inspección ocular, buscan vestigios (como restos de cerillas, mecheros o papel) y tratan de llegar a la persona que provocó el fuego. Una vez que se identifica y sus pesquisas terminan, el caso pasa ya a la esfera judicial. 

La tecnología, una gran aliada

Este agente ambiental cuenta que la investigación de los incendios forestales ha evolucionado mucho con el paso del tiempo y la incorporación de nuevas tecnologías. "Si hace unos años era muy complicado encontrar pruebas directas, ahora lo estamos consiguendo", relata. Es el caso de grabaciones de personas provocando incendios forestales, lo que supone una evidencia "concluyente".

En otros casos llegan a la verdad con la suma de muchas pruebas: desde comportamientos a vestigios que no se contradicen y que "pueden ser suficientes para que un juez inicie la instrucción, se llegue a juicio y haya sentencia condenatoria". 

Un 60% son intencionados

Los incendios intencionados son mayoría. Según Mosterio, de media pueden suponer en torno al 60% de los que se registran en Galicia. Entre los declarados este verano, la Xunta apuntó desde el primer momento a la intendionalidad de varios de ellos. El hecho de que el fuego se inicie en varios focos es un indicio claro. 

Desde julio se detuvo a más de una decena de personas y hay una veintena de investigados por incendios. 

Algunos debido a imprudencias o negligencias, que suponen entre un 20 y un 30% de los fuegos. Por ejemplo, están obsevando más casos de tractores que provocan incendios al desbrozar en plena época de riesgo máximo de incendios. Por una imprudencia de este tipo entró en prisión un vecino de A Guidiña acusado de originar presuntamente el incendio que comenzó en Oímbra, con tres brigadistas heridos y unas 17.000 hectáreas ya devoradas.   

Señales del cambio climático

Aurelio Mosteiro indica que en pleno cambio climático, cuando hay muchos días en que los combustibles tienen más facilidad de entrar en ignición por las condiciones meteorológicas, están observando situaciones que antes no se encontraban, como incendios provocados por tubos de escape de los coches.

También apunta a una mayor probabilidad de que las colillas prendan fuego. "En muchas ocasiones llegamos a encontrarlas, e incluso a las personas que las tiraron", relata este experto. 

Con este telón de fondo, Mosteiro llama a extremar la precaución. "Es muy importante que la gente ayude para evitar riesgos", dice.

A quienes actúan de forma premeditada, les lanza un mensaje: "Que tengan la seguridad de que trabajamos los 365 días del año las 24 horas para recabar pruebas indiciarias, identificar a los autores de incendios, ponerlo en conocimiento de jueces y, si procede, que sean detenidos y pasen a disposición judicial". 

Posibles efectos disuasorios

Este profesional cree que la investigación de los incendios forestales, que comenzó en Galicia a inicios de los 2000, ha tenido un efecto disuasorio. Incluso en casos en los que no se llegan a conseguir suficientes pruebas indiciarias para ponerlos en conocimiento de un juez, la persona que está detrás del fuego "siente la presión" y cesa en la actividad incendiaria. 

Más incendiarios se salen del perfil común

A la hora de trazar el perfil del incendiario en Galicia se suele apuntar a un hombre de entre algo más de 40 y 65 años de edad, pero el coordinador adjunto de la Unidade de Investigación de Incendios Forestais de la Xunta cuenta que se encuentran con "cada vez más personas identificadas que se salen de cualquier perfil que se haya establecido con anterioridad". Apunta a incendiarios más jóvenes o a mujeres.

Este experto explica que lo que suelen tener en común los autores de incendios es que "conocen bien el lugar donde actúan". En todo caso, señala que cada fuego es un caso diferente y que "ir con una idea preconcebida" sobre lo que pudo ocurrir "lleva a errores".  

Dice que dar con la motivación de los incendiarios es difícil, pues puede ir de algún tipo de patología mental a intereses personales.
 

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