La tasa de pobreza o exclusión cae siete puntos y 181.300 gallegos salen de ella
El 18,8% de los gallegos se hallaba el año pasado en riesgo de pobreza o exclusión social. El dato es duro, puesto que equivale a unas 508.700 personas, pero lo cierto es que resulta bastante más favorable que el de 2023, cuando el porcentaje se había elevado hasta el 25,5%. Esto es, en doce meses, las condiciones de vida han mejorado para unas 181.300 personas, que salen de esta situación. Destaca, de hecho, como el mejor dato de la serie histórica.
La Encuesta de Condiciones de Vida de 2024, publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (Ine), refleja una tendencia "positiva" que ha "sorprendido" al director de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) en Galicia, Xosé Cuns, quien con todo llama a tener "precaución" ante las cifras porque "queda mucho por investigar" en detalle y también porque un 14,2% de los gallegos –algo más de 384.000– continúa estando en riesgo de pobreza –una variable que mide cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población y, que por su parte, se ha recortado en más de cinco puntos–.
En todo caso, Cuns llama especialmente la atención sobre la reducción de la tasa de carencia material severa, que se recorta a casi a la mitad en Galicia –del 8,2% al 4,8%, hasta ser tres puntos y medio inferior al promedio de España–. Esta recoge el acceso a determinados bienes y servicios básicos. Por ejemplo, el porcentaje de gallegos que llegan a final de mes tan justos que no podrían hacer frente a gastos imprevistos cayó del 29,1% al 26,7%. Aquellos que han debido demorar el pago de gastos de la vivienda, como el alquiler o las facturas, baja del 9,2% al 7,5%. Y los que no pueden permitirse comer carne o pescado cada dos días, del 4,5% al 3,9%.
Influyen aquí ayudas como las tarjetas monedero activadas por el Ministerio de Derechos Sociales –que suponen un aporte de entre 130 y 220 euros para alimentos e higiene destinadas a familias vulnerables con hijos y que calculaba beneficiar a unos 3.800 hogares gallegos– o que los precios de la energía "se han ido conteniendo" atenuando la "pobreza energética", lo que se percibe en que la población que no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada bajó del 21,5% de 2023 al 16,6% del año pasado.
Salarios, pensiones y menor racismo
Pero EAPN baraja más razones. Según Cuns, ya vaticinaban un impacto favorable por el ascenso de la renta media de Galicia, pero esta, además, "ha subido más de lo que esperábamos", al pasar de los 13.147 a los 14.558 euros anuales, lo que "directamente hace que disminuya la tasa de pobreza".
A ello se suma un factor capital en una comunidad envejecida como Galicia: que las pensiones de jubilación "en general", pero "especialmente" las de viudedad, crecieron por encima de la inflación. Y es que estas prestaciones no solo mejoran la calidad de vida de quienes las perciben, sino también de su núcleo familiar.
Cuns también alude al efecto de mantener o eliminar ayudas públicas. Así, afirma que "se empiezan a notar medidas como el ingreso mínimo vital" y que conservar la Risga en Galicia y suprimir la renta mínima en Madrid contribuye a explicar que esa tasa Arope se haya reducido casi siete puntos en la primera y aumentado un punto y medio en la segunda.
Además, tras conversar con los sociólogos que participan en EAPN en todo el país, Cuns también baraja que puede haber otro elemento autóctono para explicar que esa de habitantes en riesgo de pobreza o exclusión social de Galicia sea siete puntos inferior a la media de 25,8% de España y la cuarta más baja tras las de Euskadi (14,8%), Baleares (16,2%) y Navarra (18,3%). "Aquí no tenemos un factor de discurso del odio tan potente hacia la población migrante, con lo cual aquí es más factible hacer políticas públicas sin tensión, por ejemplo para que cuanto antes salgan de la pobreza y puedan empezar a trabajar", apunta. Eso tira hacia arriba de la renta media y "es inyección de riqueza directa" en términos de generación económica y pago impuestos.
Pero Cuns tampoco quiere dejar fuera de la ecuación "el trabajo de conjunto de administraciones y con entidades del tercer sector".
La vivienda es la gran amenaza
Pero hay amenazas que persisten y que ponen al límite a tanta población que, ante cualquier crisis –personal o general–, pueden disparar de nuevo las tasas de pobreza.
"El acceso a la vivienda siguen siendo el factor número uno de dificultad para reducir drásticamente la pobreza", recalca Cuns. Este foco "de vulnerabilidad" afecta incluso a gente con sueldos "muy por encima del salario mínimo", en vista de que el gasto en alquiler o hipoteca está "muy por encima" de la recomendación de que no sobrepasen el 30% del salario, en especial en las ciudades. Ello hace que trabajar sea una condición "necesaria" para salir de la pobreza pero, a veces, "no suficiente".
Sobre todo para las mujeres, "que siguen percibiendo de media un 15 o 20% menos de un salario de los hombres". Esta feminización de la pobreza se filtra además hacia los hogares monoparentales, "el 80%" encabezadas por mujeres. "El último dato del Instituto Galego de Estadística señala que el 31% de estas familias estaban en situación de pobreza, una cifra que casi dobla el de la población general", insiste Cuns, que añade que es, además, "una de las razones fundamentales de por qué sigue siendo tan alta la tasa de pobreza infantil en Galicia" –del 25,8%, aún según los datos de 2023–.
Pero los datos generales de 2024 ya apuntan a que la pobreza "no ha disminuido para nada en la misma proporción" entre las familias monoparentales y los jóvenes, desliza.
Por todo ello, a pesar de atisbarse "una senda para el optimismo", el director de EAPN Galicia llama a seguir trabajando en la lucha contra la pobreza a fin de evitar cualquier "vuelta atrás".





