No ven delito en el bofetón de una madre a una hija al ser leve y fruto de la "tensión"

Le arrancó los auriculares a la chica porque le estaba ignorando cuando le pedía que ordenara su cuarto y se intercambiaron sendos tortazos. La Audiencia cree que entra dentro del "derecho de corrección" que tienen los padres
La Cidade da Xustiza de Vigo, donde tiene su sede la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra. AEP
La Cidade da Xustiza de Vigo, donde tiene su sede la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra. AEP

La Audiencia de Pontevedra consideró que no hay caso en el bofetón que una madre propinó a su hija en Redondela teniendo en cuenta la "escasa entidad" del golpe, que no provocó "lesión alguna" a la chica, y el contexto en el que se lo dio: un momento "de rebeldía y tensión familiar" que justificaría "el derecho de corrección" que tienen los progenitores.

Los hechos fueron realizados "sin ánimo o intención lesiva o maltrato, sino con ánimo corrector ante un comportamiento irrespetuoso y desobediente de la menor", concluyen los magistrados, que vuelven a desechar la denuncia del padre de la chica, al igual que había hecho, el pasado octubre, el juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Redondela, que acordó el sobreseimiento provisional de la causa.

El hombre, que presentó un recurso de apelación contra el archivo de las actuaciones, acusaba a la madre de violencia en el ámbito familiar, pero la sección quinta del tribunal provincial, con sede en Vigo, considera que el cariz de los hechos "permite afirmar la falta de tipicidad de los mismos".

El "derecho a la corrección"

En concreto, la madre declaró que estaba ordenando a su hija que recogiera su dormitorio, pero ella prefería ignorarla con los auriculares puestos. Entonces, cuando se los quitó, la joven reaccionó dándole una cachetazo, a lo que ella contestó con otro y advirtiéndole "que no volviera a levantarle la mano". En sus declaraciones, la menor admitió ser la autora de ese primer golpe –si bien una vez reconoció que lo hizo adrede y otra "sin querer"–.

Así, la sentencia explica que "solo hay indicios" de que se intercambiaron un único guantazo y, en su argumentación, explica que un sector de audiencias provinciales considera que no debieran tener relevancia penal "una simple e inocua bofetada, un cachete, un azote, un estirón de pelo, realizados en un determinado contexto, en una situación aislada y puntual", como sostiene que es este caso.

Al hilo, expone que el derecho de corrección "es una facultad inherente a la patria potestad" y no depende su existencia del reconocimiento legal expreso, si bien cada caso "debe ponerse en consonancia con la evolución y la interpretación de las leyes" con atención "a la realidad social del tiempo en que apliquen", matiza para recalcar que "los comportamientos violentos que ocasionen lesiones" –es decir, que necesiten atención médica y constituyan delito– no pueden encontrar amparo en ese citado derecho. 

Pero, para el resto, si resulta "que no exceden los límites del derecho de corrección", la actuación "no tendrá consecuencias penales ni civiles".

La decisión ya es firme, puesto que contra este auto no cabe recurso ordinario alguno.

Afea la declaración del padre

La resolución también afea la declaración del padre y denunciante, incidiendo en que su narración de lo ocurrido es "muy distinta" tanto a la de la madre como a la de la hija. 

El hombre aseguró que la denunciada había llamado "gilipollas, mentirosa y gorda" a la menor –cosa que esa negó– y que, además, le había propinado "varias" bofetadas, lo que no coincide con el relato de ninguna de las dos.

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