La sexta generación del Ford Mustang llegó al mercado en 2015, aunque recientemente este modelo ha recibido un paquete de mejoras, que lo hacen más efectivo y eficiente en carretera. En todo caso, este modelo continúa transmitiendo toda la esencia de los deportivos genuinamente norteamericanos, sobre todo, en su versión con motor atmosférico de 5.0 litros, ocho cilindros en V y 450 caballos de potencia —también existe una versión con motor Ecoboost de 290 caballos, además del espectacular Bullit de 460—.
Estéticamente, el Ford Mustang no deja indiferente a nadie y mucho menos si se trata de la versión Convertible. Sus imponentes dimensiones —mide 4,79 metros de largo, 1,92 de ancho y 1,38 de alto— y su considerable peso de algo más de 1.800 kilogramos lo consolidan como un auténtico monstruo capaz de hacer girar cabezas allá por donde pasa.
Pero si ya en parado es un coche incapaz de pasar desapercibido, una vez que se pulsa el botón de arranque y comienza a rugir su poderoso V8, el Mustang desvela su personalidad de súperdeportivo.
De hecho, sus cifras oficiales son para echarse a temblar, con una velocidad máxima de 249 kilómetros por hora, mientras que gracias al sistema Drag Strip, es capaz de alcanzar los 100 por hora desde parado en solo 4,3 segundos.
Es cierto que entre sus rivales de similar potencia, hay algunos más rápidos y efectivos pero casi ninguno ofrece unas sensaciones tan radicales como las del modelo de la marca del óvalo.
En un revirado circuito como el de A Pastoriza, el Mustang se muestra muy divertido y los conductores más hábiles podrán deleitarse con largas derrapadas, propiciadas por el sistema de propulsión trasera, el elevado par motor de 529 Nm y la larga distancia entre ejes.
Para sacar el máximo provecho de todo el potencial que ofrece el poderoso V8, el Mustang ofrece cinco modos de conducción: normal, deportivo, circuito, mojado y MyMode, que permite personalizar ciertos parámetros.
Estos sistemas influyen sobre la gestión del motor y el desarrollo del cambio que, en el caso de la unidad de pruebas, es el nuevo automático de 10 velocidades que ofrece una gran suavidad de transición entre marchas.
Esta transmisión ofrece dos modos de funcionamiento —Normal y Sport— aunque también es posible el accionamiento manual del cambio a través de las levas situadas detrás del volante, aunque en este caso, su pequeño tamaño dificulta su localización, sobre todo, en tramos de curvas cerrados en los que resulta necesario girar mucho el volante.
Los consumos en una utilización diaria se muestran muy contenidos. A velocidad legal por autovía se queda en unos modestos 9,5 litros cada 100 kilómetros, mientras que en ciclo combinado por ciudad y carretera —siempre que se sea suave con el acelerador— la cifra se mantiene por debajo de los 13 litros, lo que no deja de ser toda una virtud para un motor de cinco litros y ocho cilindros.
Por su parte, el equipo de frenos —firmado por Brembo— se muestra a la altura de lo que se espera de un deportivo de esta categoría. No solo resulta efectivo y es capaz de detener todo el conjunto en pocos metros, sino que también se muestra muy resistente a la fatiga cuando se hace una utilización intensiva del mismo.
MEJORAS. Entre los cambios que recibe esta nueva generación del Mustang hay algunos externos, como los faros de tecnología led o el nuevo paragolpes trasero y otros que afectan al interior como el nuevo cuadro de mandos digital, que ofrece tres modos de lectura, normal, deportivo y circuito.
Para hacer la conducción más relajada, el deportivo de Ford incorpora también toda una serie de tecnologías de ayuda a la conducción como el asistente de precolisión con detector de peatones, control de crucero adaptativo, alerta de distancias de seguridad o aviso de abandono y ayuda al mantenimiento de carril.
El Ford Mustang también incorpora todas las tecnologías habituales de conectividad y, como concesión a aquellos a los que no les gusta pasar desapercibidos, un sistema que permite modificar la sonoridad de los cuatro tubos de escape posteriores.
La configuración interior es de dos más dos plazas, ya que las traseras son casi testimoniales y están reservadas para personas que no muy altas y para desplazamientos más bien cortos.
Las plazas delanteras ofrecen, por el contrario, un alto nivel de confort. El puesto de conducción resulta muy ergonómico y permite un buen control del vehículo.
Como novedad, esta revisada generación del Mustang ofrece asientos y volante refrigerados y calefactados, mientras que también se puede elegir entre distintos tipos de tapicerías.
Pero lo mejor de este modelo es, sin duda, su precio. No solo resulta divertido y espectacular de conducir, sino que es mucho más asequible que sus rivales de similar nivel de potencia.
Reacciones espectaculares
Para sacar el máximo partido de un deportivo de las características del Ford Mustang es necesario ir a un circuito cerrado. El revirado trazado de A Pastoriza no es el más adecuado para un modelo de estas características, pero aún así permite largas y espectaculares derrapadas.
Con todo bajo control
El interior resulta suficientemente ergonómico, aunque la calidad de algunos materiales parece mejorable. El Mustang ofrece un amplio equipamiento de ayudas a la conducción, que lo hacen más seguro y divertido.
A cielo abierto
El Mustang está disponible en versión coupé y también con carrocería cabrio, denominada Convertible. Esta última tiene unas suspensiones algo más blandas, pero aporta el placer de poder conducir a cielo abierto.
FICHA TÉCNICA
Combustible: Gasolina
Cilindrada: 4.919 cc.
Potencia: 450 CV
Par máximo: 529 Nm
Transmisión
Cambio: Automático, 10 vel.
Tracción: Trasera
Prestaciones y consumos
Velocidad máxima: 249 kms/h.
Aceleración de 0 a 100: 4,3 seg.
PRECIO
Gama desde 41.550 euros
CONCESIONARIO EN LUGO
