Chuletón, bacalao y mucho más

Jesús y Eduardo López, propietarios del Fonte do Rei II

LOS COMENSALES del restaurante Fonte do Rei II se quedan gratamente sorprendidos por la calidad de sus carnes y por su buena mano a la hora de prepararlas a la parrilla. Los hermanos Jesús y Eduardo López Vilor cosecharon un notable prestigio por sus churrascos de cerdo y ternera, lo más demandado por la clientela, aunque los chuletones, especialmente el de buey, son los platos estrella.

La carta del restaurante es amplia y variada. Entre la larga sucesión de entrantes destaca el salpicón de mariscos, colocado sobre una hoja de lechuga. La salsa se sirve aparte y sobresale por su sabor. Las zamburiñas a la plancha, las gambas al ajillo, las setas con jamón o el onmipresente polbo á feira son otros entrantes apetecibles y muy solicitados.

A la hora de elegir pescado me incliné por el bacalao, uno de los mejores que se pueden probar en la provincia. El secreto está en que se trata de lomos salados, y no congelados, y en el paciente proceso de desalación, para lo que utilizan un pequeño tanque que antaño sirvió para guardar la leche y facilita los cambios de agua. Aunque a la parrilla está rico, a la portuguesa está impresionante. Nos sirvieron un trozo voluminoso y bien cortado, que se deshacía en láminas, y servido en su punto de fritura. El pescado estaba sobre un lecho de patatas panaderas, con su acompañamiento de pimientos rojos y verdes. El rape en salsa marinera y la merluza a la cazuela son otros platos que te dejan un buen recuerdo.

En el último homenaje que me di en el Fonte do Rei II tuve la oportunidad de probar un chuletón de buey perfecto de sabor y textura, acompañado de rodajas de berenjena y pepino que adornaban el plato y unas patatas fritas. Era una carne veteada que deja un profundo sabor en el paladar. En la sección carnívora de la carta tampoco falta el cordero. También se ofrece cocido en temporada, elaborado con productos de A Montaña. Llegadas estas fechas primaverales solo se hace por encargo.

Después de una comida suculenta, como la que se disfruta en este restaurante, nada mejor que refrescar la boca con su crema de limón. Es casera, como la mayoría de los postres, entre los que figuran las peras al vino, los flanes de huevo y de café o la tarta de queso al horno o fría.

La carta de vinos es larga e interesante. El comensal puede visualizar en una de las paredes del comedor botellas de las principales marcas de las principales denominaciones. Como tengo cierta fijación con los vinos de la tierra me incliné por el Guímaro, el reconocido tinto de la Ribeira Sacra. También vale la pena degustar el Viña Vella, un godello de Diamondi, en O Saviñao.

Con este cariño por el buen producto y sus precios moderados, Fonte do Rei II se hizo con una importante clientela y es uno de los lugares de referencia para la celebración de comidas familiares, pero también de empresa o de grupos.