¿Existen los préstamos para personas sin ingresos regulares?

Publi Cómo obtener un préstamo rápido y seguro

El mundo de la financiación tiene una idiosincrasia muy particular porque al  mismo tiempo que, normalmente, quien necesitar pedir dinero prestado suele tener un problema de ingresos, las entidades financieras que dan los préstamos quieren que el cliente pueda devolver el dinero, para lo que los ingresos suelen ser esenciales.

Entonces, ¿cómo son posibles los llamados préstamos sin nómina? Desde Compinero aclaran que los préstamos sin nómina, en realidad, requieren que los usuarios tengan ingresos regulares, aunque como su propio nombre indica, no es necesario que estos provengan de una nómina. 

Malinterpretación de la publicidad

El hecho es que sea por poca cultura financiera o por las simples formas de hablar en el lenguaje más coloquial, muchos consumidores interpretan que es posible conseguir un préstamo sin nómina aun no teniendo ningún tipo de ingresos.

Esto no es así. Los préstamos sin nómina suelen requerir que el usuario tenga ingresos. Como decíamos, simplemente no requieren que dichos ingresos provengan de una nómina. Es un detalle importante porque la nómina suele suponer un ingreso regular y bastante estable, mientras que otros tipos de ingresos regulares como pueden ser una prestación por desempleo o los ingresos de un trabajador autónomo, no tienen el mismo grado de seguridad o, mejor dicho, estabilidad.

Por tanto, para la gran mayoría de consumidores, las opciones de préstamos sin ingresos regulares se reducen enormemente, aunque siguen quedando alternativas.

¿Qué alternativas hay cuando no se tienen ingresos?

Lo que las entidades financieras necesitan es asegurarse de que no van a perder dinero, así que las alternativas se pueden dividir principalmente en dos:

1) El aval de otra persona

Si otra persona que sí tiene ingresos nos avala, la predisposición de las entidades a darnos un préstamo mejorarán enormemente. Esto no quiere decir que vayamos a obtener una aceptación segura. La entidad tendrá que estudiar la solvencia financiera tanto del usuario como de su avalista y decidir en función de ello.

2) Poner una garantía

La otra opción es acudir al patrimonio del usuario. Las garantías más habituales son las propiedades inmobiliarias (casas, garajes, trasteros) y los vehículos, pero en realidad las entidades también pueden ofrecer garantías de otro tipo si consideran que tiene el valor y liquidez suficiente.

Sensatez

Por otro lado, introducirse en la vorágine de encontrar financiamiento a toda costa puede ser poco sensato. Si las entidades no quieren conceder un préstamo a un usuario no es por una cuestión personal, sino debido a parámetros objetivos que les dicen que probablemente este usuario no pueda devolver el dinero. Ante esta situación, puede ser mejor tratar de buscar otras alternativas en la medida de lo posible, como por ejemplo conseguir ingresos extra. Claro que suele ser difícil de conseguir.

Conseguir un préstamo sin tener ingresos regulares gracias a una hipoteca o garantía, no tiene mucho sentido en la mayoría de los casos porque es probable acabar perdiendo dicha garantía. Sin embargo, puede ser la solución en casos muy específicos, como por ejemplo si se espera obtener un ingreso que permita devolver el préstamo gracias a una venta de una propiedad.