¿Problemas en tu relación de pareja? ¡Di adiós a ellos definitivamente!

Una pareja en bicicleta. EP
photo_camera Una pareja en bicicleta. EP

La convivencia no es siempre fácil y las relaciones de pareja pueden llegar a crear mucho estrés y generar problemas si no sabemos bien cómo gestionar nuestras crisis.

Es ley de vida que todas las relaciones amorosas sufran altibajos y pasen por algún que otro bache. Estas crisis pueden aparecer por diferentes motivos, ya que son relaciones interpersonales y nuestras creencias y manera de comportarnos van a ser un elemento clave en su desarrollo. Sin embargo, no todo es el fin del mundo y es posible solucionar muchos de esos desagradables desencuentros para que la estabilidad y la paz vuelvan a reinar de nuevo en tu vida amorosa. Eso sí, esto implica mucha voluntad y, en casos más graves, ayuda de un psicólogo profesional, experto en este tipo de casos, como el centro de psicología psicoadapta.es, donde contarás con un equipo altamente cualificado y profesional con una asistencia personalizada y rigurosa basada en años de experiencia y dedicación.

Los problemas más comunes entre las parejas
Los conflictos más habituales que pueden surgir en las relaciones de pareja suelen ser los problemas de comunicación. Ya lo dice el refrán: “hablando se entiende la gente”, y no hay mayor verdad. El diálogo es algo crucial para la buena marcha de la relación y es uno de los pilares básicos. Si uno de los dos miembros de la relación no tiene la suficiente confianza y empatía para ser capaz de entender al otro, o si no tiene la capacidad de expresar sus opiniones de manera asertiva, siento decir que difícilmente puede funcionar una relación ya que los conflictos están asegurados.

Otra fuente de conflictos en las parejas suele ser por problemas a la hora de pasar a convivir juntos, ¿quién no conoce el caso de una pareja con 7 u 8 años de noviazgo y cuando han dado el paso de irse a vivir juntos se han separado? Es cuestión de aprender, pues en la convivencia con otros siempre es necesario negociar, ceder y llegar a acuerdos.

Las infidelidades o los problemas sexuales también suelen ser otro de los problemas más comunes en los problemas de pareja. De hecho, la infidelidad suele significar un punto de inflexión y algo que, en la mayoría de los casos, las parejas no suelen superar. Encuestas realizadas confirman que la infidelidad es algo que está muy presente y es uno de los principales problemas de las relaciones. Por otro lado, cuando no hay una buena sintonía en la cama, los conflictos en la relación de pareja se intensifican muchísimo más y se multiplican, porque esto afecta a la expresión de la afectividad y a la estabilidad de la relación. Esta falta de sintonía puede deberse a la eyaculación precoz, la disfunción eréctil y la falta de deseo, en los varones y la anorgasmia, la falta de deseo, el vaginismo y la dispareunia en el caso de las mujeres.

En otras muchas ocasiones se da el caso de que los conflictos no tienen una conexión directa con los enamorados, sino que surgen a raíz de problemas con miembros de su familia o amigos cercanos de éstos, lo que sin duda termina afectando a la pareja, porque si por ejemplo surgen problemas con la suegra o el suegro, en poco tiempo esto tendrá segurísimo una repercusión en la relación.

También el estrés laboral puede llegar a ser un gran inconveniente, al igual que puede serlo no tener trabajo y pasar por dificultades económicas serias. El no disponer de una estabilidad económica familiar hace que sea difícil visualizar el futuro y, por tanto, los conflictos están a la orden del día en la relación.

¿Puede un terapeuta ayudarme? ¿En qué consiste la terapia de pareja?
Estas son preguntas comunes que uno se plantea cuando siente que su relación ha llegado a su fin. La última salida para arreglar las cosas suele ser acudir a un profesional que marque las directrices para conseguir salir del atolladero.

La terapia de pareja está enfocada a resolver los problemas de la vida cotidiana de las parejas, a aprender técnicas de comunicación que faciliten el entendimiento y la convivencia (normalmente estableciendo una serie de normas que deben cumplirse, como no hablar del pasado o respetar los turnos de palabra, entre otros), saber ponerse en el lugar del otro o aprender a controlar de una manera sana y adecuada los momentos de enfado.
La duración de la terapia es difícil de establecer porque cada caso es único y el tratamiento depende de muchas variables, pero está claro que la motivación y las ganas de querer superarlo hacen que todo fluya con mayor facilidad y que el proceso sea más rápido. Nunca es tarde para solucionar un problema. Si quieres un consejo, ponte en marcha y pide ayuda.