La afiliación de las empleadas del hogar se hunde en Galicia y crece la economía sumergida
La cifra de trabajadores del servicio doméstico dados de alta en la Seguridad Social en Galicia lleva prácticamente una década descendiendo año tras año. Una pérdida de afiliados al llamado Régimen Especial de Empleados del Hogar que coincide con una etapa en la que este colectivo, integrado mayoritariamente por mujeres (son más del 97%), ha ido lograron mejoras laborales como el derecho a cobrar el paro, que era una de sus reivindicaciones históricas, o las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI), que deberían repercutir especialmente en el gremio.
Estas conquistas y avances parecen estar siendo, en la práctica, un arma de doble filo pues, lejos de aumentar el número de cotizantes en este régimen, el contingente sigue en clara caída. En la actualidad, los afiliados no llegan a 22.500 en Galicia, la cifra más baja desde 2012, cuando estos trabajadores pasaron a integrarse en el régimen general de la Seguridad Social a través de ese sistema especial.
Respecto a la media de 2023 son un 5,8% menos y están lejos de los más de 27.500 cotizantes en 2016, máximo de la serie de datos del Instituto Galego de Estatística (Ige), que arranca en 2004.
¿Qué está pasando?
Los sindicatos detectan un "aumento enorme" de la economía sumergida en esta rama de actividad. Es decir: ha ido a más el número de mujeres que trabajan en el servicio doméstico sin ni siquiera estar dadas de alta o viendo como otros derechos se vulneran.
"Os incumprimentos laborais foron a máis", constata la secretaria general de CC.OO. Hábitat en Galicia, Alejandra Gesto Montes. Cuenta que este año ha sido "moi activo" en la atención a trabajadoras del hogar desde la organización sindical.
Entre todos los casos que llevan observan como las subidas continuadas del SMI –acumula un alza del 54% desde 2018 y el Gobierno ya prepara otro aumento para 2025– han llevado a muchos empleadores a prescindir de las trabajadoras o a tenerlas en situación irregular. Gesto relata que muchas familias rescinden contratos apoyándose en la cláusula legal que permite la extinción objetiva por pérdida de confianza.
Cuando las personas despedidas buscan nuevos empleos lo que les ofrecen es "ou ben estar fóra da lei ou contratalas a media xornada aínda que fagan xornada completa e lla paguen", lo que les perjudica de cara a la pensión futura.
Cabe recordar además que desde octubre de 2022 es obligatoria la cotización por desempleo para las trabajadoras del hogar, que tienen derecho a cobrar el paro si suman al menos 360 días cotizados. Está bonificada en un 80% con dinero público.
Casos de mayor gravedad
Los sindicatos no solo detectan más incumplimientos laborales en el servicio doméstico sino también un aumento de la gravedad de esas prácticas. Desde CC.OO. constatan un "auxe" de empresas que prometen contratos para traer a trabajadoras sobre todo de Suramérica "sen ningún tipo de papeis, de maneira ilegal".
Alejandra Gesto comparte un caso en el que llegaron a colaborar con la Policía Nacional. Traían a mujeres desde Colombia a Madrid, donde permanecían un día en un piso compartido con más de una docena de personas. Según cuenta, desde allí las trasladaban en autobús hasta A Coruña, donde las recogía el empleador.
Una vez en Galicia les daban un teléfono móvil con geolocalizador y les prohibían salir del domicilio bajo la amenaza de que estaban controladas las 24 horas del día. Una de las mujeres afectadas logró contactar con CC.OO. a través de las trabajadoras de un supermercado.
Muchas trabajadoras se van a otros sectores en cuanto pueden. También hay que tener en cuenta que la inflación abocó a algunas familias a prescindir de este servicio.
Papel de la Inspección de Trabajo
Desde Comisiones Obreras Galicia observan que muchos empleadores tienen "un estatus económico alto", por lo que se podrían permitir pagar el salario mínimo interprofesional (SMI) –situado en la actualidad en 1.134 euros brutos al mes en 14 pagas o en 8,87 euros por hora–.
"Pero non queren pagalo nin teñen intención de ter contratadas persoas de xeito legal na súa casa", afirma Alejandra Gesto Montes, secretaria general de CC.OO. Hábitat en Galicia, que es la federación que atiende a las trabajadoras del servicio doméstico, entre otros colectivos.
En su opinión, una de las claves para frenar los abusos e irregularidades con este colectivo sería que la Inspección de Trabajo pudiera entrar en los domicilios para vigilar el cumplimiento de los derechos de las empleadas del hogar. "Sería un elemento disuasorio moi importante, pero as persoas que contratan saben que os inspectores non van entrar", señala Gesto.



