¿Cuál es la mejor raza de gallina para poner huevos?

El Real Decreto 637/2021 establece que los particulares pueden mantener hasta 30 gallinas ponedoras o un máximo de 50 pollos de engorde sin incurrir en infracciones
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La elección de la raza de gallina más productiva para la obtención de huevos constituye un factor determinante para quienes desean iniciar una pequeña explotación avícola doméstica. Según los expertos, no existe una única respuesta definitiva, ya que la productividad varía según condiciones climáticas, sistemas de manejo y objetivos específicos de cada criador. Actualmente, las razas híbridas comerciales lideran la producción con más de 300 huevos anuales, aunque las razas tradicionales ofrecen otras ventajas como rusticidad y adaptabilidad.

En España, la normativa es clara respecto a la tenencia doméstica de estas aves para autoconsumo. El Real Decreto 637/2021 establece que los particulares pueden mantener hasta 30 gallinas ponedoras o un máximo de 50 pollos de engorde sin incurrir en infracciones. Esta regulación busca equilibrar la crianza doméstica con garantías de bienestar animal y seguridad alimentaria, algo fundamental para quienes desean producir huevos para autoconsumo sin pretensiones comerciales.

La selección de la raza adecuada debe contemplar tanto la capacidad productiva como la adaptación al entorno específico donde vivirán las aves. En zonas como Galicia, con clima templado y húmedo, ciertas razas demuestran mejor rendimiento gracias a su resistencia a estas condiciones particulares.

Razas de gallinas más productivas para puesta de huevos

Las gallinas híbridas comerciales ocupan actualmente el primer puesto en términos de productividad pura. La Leghorn blanca destaca como una de las más eficientes, capaz de producir entre 280 y 320 huevos blancos al año. De tamaño mediano y constitución ligera, esta raza presenta un consumo moderado de pienso, lo que la convierte en altamente eficiente para la producción intensiva.

La ISA Brown, resultado de cruces genéticos controlados, ha sido desarrollada específicamente para maximizar la puesta, alcanzando los 300-320 huevos anuales de color marrón. Su carácter dócil y su adaptabilidad a diferentes sistemas de producción la hacen ideal tanto para granjas industriales como para pequeñas explotaciones. "Aunque son criadas de manera intensiva en muchos casos, también se adaptan a sistemas de producción más pequeños", confirman desde asociaciones de avicultores.

Entre las razas tradicionales de doble propósito, la Rhode Island Red mantiene un puesto privilegiado con una producción media de 250-280 huevos marrones anuales. "Esta raza es muy resistente y se adapta bien a distintos entornos. Además de ser una buena ponedora, también es valorada por su robustez en climas húmedos y fríos", señalan expertos avícolas, destacando su idoneidad para regiones como Galicia.

La Sussex representa otra opción de doble aptitud que combina aceptable puesta (200-250 huevos) con buena producción cárnica. Su temperamento tranquilo y resistencia a condiciones climáticas variables la convierten en candidata ideal para entornos rurales con sistemas semi-extensivos. "Su capacidad de resistencia y su versatilidad pueden ser ventajas en entornos rurales gallegos", indican los especialistas.

Factores determinantes en la elección de la raza

El sistema de cría constituye un elemento fundamental para determinar qué raza resultará más productiva. Las gallinas híbridas comerciales alcanzan su máximo rendimiento en sistemas intensivos con alimentación controlada y condiciones ambientales estables. Sin embargo, en sistemas extensivos o semi-extensivos, las razas rústicas tradicionales pueden ofrecer mejor rendimiento global por su mayor adaptabilidad y menor susceptibilidad a enfermedades.

El clima local influye decisivamente en el bienestar y productividad de las aves. En zonas húmedas como la cornisa cantábrica, razas como la Rhode Island Red o la Sussex demuestran mejor resistencia y adaptación. Para áreas secas y calurosas del sur peninsular, la Menorca o la Andaluza representan opciones más adecuadas por su tolerancia al calor.

La disponibilidad de espacio determina también la selección. Para corrales reducidos, las razas ligeras como la Leghorn resultan más apropiadas, mientras que para sistemas en libertad, razas más pesadas y rústicas aprovecharán mejor el entorno pastando activamente y complementando su alimentación.

¿Qué alimentación necesitan las gallinas para maximizar la puesta?

La nutrición constituye un pilar fundamental para optimizar la producción de huevos. Las gallinas ponedoras requieren una dieta equilibrada con aproximadamente 16-18% de proteína, además de calcio suficiente (alrededor del 4%) para la formación de cáscaras resistentes. El acceso a piensos específicos para ponedoras complementado con verduras frescas, insectos y lombrices en sistemas extensivos potencia tanto la cantidad como la calidad nutricional de los huevos.

Los expertos recomiendan adaptar la alimentación a la edad de las aves. Durante la fase de crecimiento (hasta las 18 semanas), es crucial proporcionar piensos de desarrollo con mayor contenido proteico. Una vez iniciada la puesta, la transición a piensos específicos para ponedoras garantizará el aporte adecuado de nutrientes para mantener una producción óptima y sostenida.

¿Cómo afecta la edad al rendimiento de las gallinas?

El ciclo productivo de las gallinas ponedoras sigue patrones predecibles que deben considerarse. Las aves inician la puesta entre las 18-22 semanas dependiendo de la raza, alcanzando su máximo potencial durante el primer año. A partir del segundo año, la producción declina progresivamente en todas las razas, aunque a ritmos diferentes según la genética.

Las razas híbridas comerciales experimentan una caída más pronunciada tras el primer ciclo, mientras que las razas tradicionales mantienen niveles aceptables durante períodos más prolongados, aunque con menor pico productivo inicial. Este factor resulta relevante para planificar la renovación del gallinero y calcular la rentabilidad a medio plazo.

La selección final de la raza más adecuada dependerá de una combinación de factores interrelacionados. Como indican desde las asociaciones avícolas: "Es recomendable también conversar con otros productores locales o con asesores agropecuarios de la región para adaptar la elección a las condiciones específicas de tu entorno y objetivos". Esta aproximación personalizada garantizará mejores resultados que seguir recomendaciones genéricas.

Para quienes se inician en la avicultura doméstica, combinar algunas gallinas de razas híbridas de alta producción con ejemplares de razas tradicionales puede representar una estrategia equilibrada, obteniendo buena productividad a corto plazo mientras se desarrolla un núcleo reproductor más sostenible a largo plazo con las razas rústicas.

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