La venta por internet de marisco y pescado fresco de Galicia crece un 20% cada año

Las pescaderías online más representativas apuntan a un sector cada vez más numeroso y competitivo ► Algunas despachan una media de 150 paquetes al mes ► En Navidad, las cifras se disparan, llegando incluso a cosechar el 45% de la facturación anual

Venta de marisco. AEP
photo_camera Venta de marisco en una pescadería. AEP

El comercio tradicional sigue siendo uno de los puntales más relevantes de la economía española, pero las nuevas tecnologías han permitido que florezca otro canal de compra-venta, que utiliza Internet como herramienta de contacto y que cada vez consigue copar nuevos nichos.

El de la alimentación y los productos frescos es el que más ha tardado en fagocitarse dentro de la tendencia del e-commerce, debido, precisamente, a su condición perecedera. Pero el panorama ha cambiado y ahora son muchas las empresas que se dedican a comercializar este tipo de mercancía a través de webs especializadas.

Un informe publicado el pasado enero por la consultora Oliver Wyman vaticina que la venta online de productos frescos en España se multiplicará por seis en apenas dos años. Es decir, que el 1% aproximado que hoy representa esta mercancía en el e-commerce pasará a ser casi un 6% en el 2020.

La tendencia al alza de este nuevo nicho ha ayudado también a que el volumen de negocio del comercio electrónico en el sector alimenticio español haya pasado de apenas superar los 85.000 millones de euros en 2013 a rozar los 170.000 en el primer trimestre del 2017, según los datos hechos públicos por el portal Statista.

Dentro de todo este ‘boom’ de venta online de productos frescos, que todos los expertos consideran que está explotando a fuego lento, pero de manera constante; destacan en la provincia el marisco y el pescado, dos de las grandes enseñas de la gastronomía gallega que desde hace unos años acaban en las mesas de hogares madrileños, andaluces, vascos y hasta europeos, a través de mensajería.

Mariskito, Sal y Laurel, Exquisitec o Del Mar al Plato son solo algunos de los portales online que nacieron única y exclusivamente con este propósito y que no han hecho más que crecer desde que han emprendido el negocio. Algunos de ellos nacieron al calor de una empresa que ya operaba en el sector pesquero, como es el caso, por ejemplo, de Mariscos Comesaña, propietaria de Sal y Laurel.

Según los cálculos de su responsable, Águeda Comesaña, crecen cada año sobre un 20%, desde que en 2012 comenzaron con esta andadura. En aquella época, Comesaña reconoce que ya existían algunas actuales competidoras del sector, como es Mariskito, pero muchas de las que en su momento trataron de aprovechar el filón acabaron cerrando sus dominios.

En ese mismo año, O Percebeiro, situada junto a Mariscos Comesaña en la lonja de Marín, también se animó a subirse al carro de la venta online a particulares. Aunque su público mayoritario de distribución es el canal Horeca (hostelería, restauración y cátering), "decidimos dar un paso más y poner en marcha una tienda online destinada al consumidor final", explica Manuel Otero, propietario de la empresa.

Fueron las llamadas de muchos clientes particulares las que motivaron el desarrollo de esta iniciativa por parte de O Percebeiro. Otero afirma que desde entonces la evolución ha sido "continua y constante". Considera que este sector es "muy competitivo" y que cada vez son más las firmas que, como él, se suman a la venta a través de Internet de pescado y marisco fresco, pero que en su caso "los esfuerzos están dando sus frutos".

Mariscos do Grove es otro ejemplo de cómo una empresa tradicional puede incorporar nuevos mercados a su clientela fiel. "Para nosotros, la venta online es un complemento más", señala Pablo Mourelos, responsable de la web de la empresa. En su caso, llevan cerca de dos años con esta vía de comercialización en funcionamiento. "El inicio no fue muy bueno", recuerda Mourelos, "porque era necesario posicionarse en los motores de búsqueda, pero este año ya estamos consiguiendo muy buenos resultados".

Del Mar al Plato, creado por Borja Conejero y Elena Gaizaraín, ya se está consolidando como una apuesta segura en la ciudad de Vigo. Recientemente, consiguieron una subvención de la Consellería do Mar, parte de la cual la invirtieron en mejorar su visibilización en Internet y en potenciar su página web. "El resto lo dedicamos a montar una especie de tienda física, que funciona también como almacén", explica Conejero.

Águeda Comesaña recuerda que cuando decidieron lanzar Sal y Laurel buscaban algo más sofisticado, una imagen que hiciera justicia a un producto tan exquisito como es el marisco gallego, "que siempre se había vendido con una imagen muy hortera y excesiva". Por eso, ni su diseño de página, ni la calidad de sus fotos están pensados al azar. "Creo que en eso sí que fuimos pioneros", defiende.

El resultado de todo este esfuerzo se ve en el número de pedidos que manejan al mes estas empresas, que en algunos casos no baja de 150. Sin embargo, cuando hacen su agosto es en Navidad, momento en el que muchas familias incorporarn al menú estas especies. "Nosotros llegamos a hacer 250 paquetes diarios. En esa época conseguimos el 45% de nuestra facturación", resume Águeda.

"Es importante que se endurezca la normativa del delivery alimenticio"
Aunque el progreso de este nuevo canal de venta para el marisco y el pescado de las rías gallegas no para de crecer, todavía tiene que superar algunos retos. La directora gerente de Fedepesca (Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados), María Luisa Álvarez, sostiene que una de las cuestiones más complejas a las que se enfrenta el sector tiene que ver con el proceso de entrega.

"Al ser un producto fresco, necesita unas características de frío específicas y que los tiempos de desplazamiento al lugar de destino sean cortos", señala. A estas complicaciones, que debe asumir la empresa productora, cuidando hasta el más mínimo detalle en la paquetería, se une la exigencia de que el cliente esté presencialmente en su casa cuando el pedido llega, "porque, debido al tipo de mercancía que es, no se puede dejar en ningún sitio".

De forma paralela, Álvarez confía en que la mejora de las herramientas web que permiten este tipo de negocios, como el pago online o a través del teléfono móvil, ayuden a impulsar un crecimiento que, "aunque aún tiene cifras bajas, no deja de aumentar año a año".

Cuando es una pantalla la que se interpone entre el comprador y el vendedor, es fácil que los consumidores se vuelvan escépticos. Ganarse su confianza es vital, especialmente cuando se trata de productos frescos. De hecho, la directora de Fedepesca cree que esa preferencia del usuario a seguir comprando en la tienda física ha sido uno de los factores determinantes para que el comercio electrónico tardase en llegar a este sector.

A pesar de ellos, las cosas están cambiando, sobre todo gracias a la gente joven, más receptiva a comprar online "y que, en ocasiones, se siente más cómoda adquiriendo el pescado así, que frente a hacerlo en un mostrador". Manuel Otero, de O Percebeiro, coincide con este análisis y cree que sus mejores resultados son fruto de que "en este último año, la gente ha perdido el miedo a este canal".

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