El ala del BNG del bipartito defiende su legado como aval para llevar a Ana Pontón a la Xunta
Miembros del ala nacionalista del bipartito que gobernó la Xunta entre 2005 y 2009 se reunieron este sábado en Santiago para conmemorar los 20 años de aquella "faísca de luz" que permitió que el BNG formase, junto al PSdeG liderado por Emilio Pérez Touriño, el único gobierno de coalición en Galicia hasta la fecha.
Acudieron tres de sus cuatro conselleiros en aquel ejecutivo –faltó la de Cultura e Deporte, Ángela Bugallo, aunque se la citó por su impulso de la petición de que se declarase como Bien de Interés Cultural el pazo de Meirás–, altos cargos y personal asesor, y el propio vicepresidente y entonces portavoz nacional del Bloque, Anxo Quintana, quien, ante unos ochenta compañeros, celebró el pasado para avanzar hacia el futuro.
Así pues, llamó a no limitarse a ser "nostálxicos que miran para o pasado", sino a "arremangarse" para estar "todos detrás da líder dese movemento, Ana Pontón, e convertela na próxima presidenta de Galicia".
Tras una breve presentación de fotografías con la que se recordó a aquellos partícipes del bipartito que ya no están, Quintana tomó la palabra entre aplausos. En su discurso, reivindicó un proyecto político "sempre entendido como colectivo e non individual", motivo por el cual, recalcó, pensaron siempre a largo plazo. "Un bo goberno é aquel que fai cousas que non inauguran eles, senón xeracións futuras", señaló, parafraseando a Nelson Mandela.
En este sentido, afirmó que los miembros del bipartito pueden tener "a satisfacción de contribuír ao fortalecemento" de un proyecto que puso en marcha muchas de las políticas que hoy en día aún están vigentes, dijo citando una red pública de centros de mayores "grazas á que o impacto da pandemia foi menor en Galicia", o a medidas para prevenir los incendios, como la creación de un Banco de Terras o las unidades de gestión forestal. Parte de su objetivo de "lanzar unha nova idea de país" y fundar "as estruturas que no futuro tiñan que servir para que os cidadáns vivisen mellor".
Algo que pasaba, subrayó, por conseguir que "Galicia existise", es decir, "que aparecese como axente político a nivel estatal, europeo, mundial". Se refirió así al Estatuto de Nación, iniciativa que los nacionalistas intentaron llevar a cabo durante aquella legislatura para que el reconocimiento de España como estado plurinacional y un nuevo estatuto gallego con categoría de nación.
Quintana concluyó apelando a la ilusión por el futuro y animando a todos los presentes a respaldar el proyecto liderado por Ana Pontón, insistiendo en que el BNG sigue siendo el "elemento diferenciador" que hace que la política en Galicia "poida ser outra cousa" frente a la "zozobra" de la política española.
El "alto precio" pagado por el plan eólico
El lucense Fernando Blanco, conselleiro de Innovación e Industria en el gobierno bipartito, fue el primero en tomar la palabra. De forma escueta, pues recordó que no es amigo de los discursos largos. Así, se limitó a agradecer la presencia de los compañeros y a expresar su "esperanza" en un gobierno gallego liderado por el BNG, lo que significará "unha nova forza para facer avanzar ao país e aos galegos".
Blanco fue presentado como responsable de proyectos "cruciais" para la modernización económica de Galicia e impulsor de una política energética "propia". Precisamente, Quintana aludió al plan eólico puesto en marcha para poner los recursos naturales al servicio de la ciudadanía recalcando que significó "pagar un alto prezo por enfrontarse ao poder". Lo situó como principio del fin del bipartito, con un adelanto electoral que llevó a la victoria del PPdeG.
También habló la exconselleira de Vivenda Teresa Táboas, que coincidió que el bipartito fue "unha faísca de luz que a moitos cegou e, por iso, tiveron que pechalo". Pero auguró que "volverán saír flores" porque dejó plantada una "semente" que volverá a florecer cuando gobierne el BNG.
Una esperanza que también expresó el exresponsable de Medio Rural Alfredo Suárez Canal.

