El pasado día 3, en su discurso de toma de posesión en A Coruña, José Ramón Gómez Besteiro aseguraba que llegaba a la Delegación del Gobierno para "facer política". Y recalcó de nuevo esa frase para un auditorio en el que se encontraban, entre otros, el presidente Alfonso Rueda. Fueron prácticamente sus primeras palabras tras algo más de siete años de silencio por sus problemas judiciales y no fueron al azar. Porque en Besteiro y su equipo, nada lo es.
Esta semana, el viernes 14, el político lucense se reunió con el presidente de la Fegamp, su colega socialista Alberto Varela, y entre otras cuestiones instó a Rueda a ponerse "mans á obra" para solucionar el conflicto de la mejilla entre bateeiros y percebeiros.
Besteiro, en su regreso a la vida pública tras su injusto calvario judicial, destila en muchas de sus palabras, desde las primeras hasta las últimas, aires de candidato a la Xunta, por más que el PSdeG aplace ese debate, con lógica, hasta después de las municipales. Y en estos once intensos días, hubo más ejemplos de ello.
"Levo apenas unha semana"
La agenda de Besteiro como delegado ya fue bastante completa para ser un recién aterrizado. Aunque él mismo pedía tiempo —"levo apenas levo unha semana e quero estar á altura, non cometer erros e facelo ben polos cidadáns"—, lo cierto es que recibió al ministro José Miñones, estuvo en las medallas del Parlamento, en la presentación del nuevo El Correo Gallego, en actos de pesca en Vigo, visitó a Abel Caballero, mantuvo un encuentro con el Colexio de Xornalistas de Galicia, se reunió con la Fegamp...
En todos ellos ejerció su papel de delegado y aprovechó para presentarse y reencontrarse con mucha gente con la que no coincidía desde hacía tiempo. Es cierto que "en sete anos houbo moitos cambios, entre outros que ás veces teño que utilizar lentes para ler", reconoce. También cojea algo, una cojera muy al estilo Fraga, por un "problema" de salud para el que, a su edad, todavía hay recambios, bromea un político que reivindica siempre "o sentido do humor".
En todos ellos ejerció su papel de delegado y aprovechó para presentarse y reencontrarse con mucha gente con la que no coincidía desde hacía tiempo. Es cierto que "en sete anos houbo moitos cambios, entre outros que ás veces teño que utilizar lentes para ler", reconoce. También cojea algo, una cojera muy al estilo Fraga, por un "problema" de salud para el que, a su edad, todavía hay recambios, bromea un político que reivindica siempre "o sentido do humor".
Tampoco oculta su intención de reunirse con el presidente de Galicia, como fija el protocolo. "Por suposto estou a disposición" de ese encuentro, que puede dar una fotografía potente a nivel político, no exenta de morbo. Aunque el lucense ya coincidió con Rueda bastante en su breve papel como delegado. Y reconoce que su relación es "cordial", aunque "iremos vendo pouco a pouco como evoluciona".
Pero sin duda fue el acto con el Colexio de Xornalistas el que más jugo dio, porque a Besteiro lo acribillaron, en el buen sentido, a preguntas de ese tipo. Y él tampoco se cortó. Ahí reivindicó su ADN rojo: "Non renuncio á miña condición de socialista; estou orgulloso de pertencer a esta familia". Al tiempo que expresó su intención de participar en la campaña de las municipales. "A miña intención é que si. Como militante podo participar [...] alá onde me chamen, á marxe da tarefa como delegado do Goberno. E vou axudar, como sempre fixen".
También quiso dejar clarísimo desde el minuto uno que todo lo que haga a nivel orgánico irá de la mano de la dirección gallega y, consecuentemente, de Ferraz. "Non é ningún segredo que teño unha extraordinaria afinidade con Valentín González Formoso", reconoció. De hecho, aunque Besteiro vive en Lugo y va a diario a A Coruña, es un trayecto, el de la A-6, que ya realizaba con frecuencia antes, al tener en la ciudad herculina a su madre y parte de su familia. Por eso, en sus años lejos de los focos, no era raro verlo de café con Formoso, Lage o Inés Rey.
Precisamente, el lucense acabó admitiendo, aunque con la boca pequeña, que sí existe cierto efecto Besteiro en el PSdeG. "Hai un compoñente de ledicia compartida entre compañeiros, que se alegran de cousas positivas como o arquivo da miña situación", una realidad que "reforza" al PSdeG "como grupo, idea, partido e proxecto no que sumamos todos", argumentó Besteiro.
Eso sí, de su futuro rol en esa "familia socialista" ni pío. "O que percibo é que o partido está moi centrado en revalidar os resultados das municipais e é no que eu tamén estou como militante". Además de "estar centrado neste marabilloso encargo" que es la Delegación del Gobierno, apuntó. En todo caso, "no PSdeG temos o bo costume" de elegir a los candidatos "por primarias".
No solo palabra
Pero si en Besteiro hubo cierto lenguaje de candidato en estos días como delegado, más allá de las palabras también se pudo adivinar esa condición. Su propia toma de posesión no fue un sencillo acto institucional sino una exhibición de músculo político ante al resto de fuerzas. Por momentos, parecía un congreso provincial de los socialistas lucenses o gallegos.
También se apresuró Besteiro a fotografiarse con Abel Caballero, en un encuentro que de arranque no estaba en agenda, según Europa Press, pero importante a nivel político tras la ausencia del PSOE vigués en su debut de delegado. Caballero exhibió los "años de amistad" con Besteiro, y el lucense, días después, confesó que tenía una "relación moi fluída" con Carmela Silva. Y otra de sus primeras paradas fue la Fegamp, la cuna del municipalismo, la escuela política de la que él mismo salió, "a primeira porta á que toca o veciño para resolver aquelas cousas que o preocupan". Un guiño a los alcaldes a las puertas de las municipales.
El calendario socialista
Con el Besteiro delegado en fase de rodaje, falta ahora por definir si habrá un Besteiro candidato a la Xunta. Para ello, toca respetar el calendario interno del PSdeG, que apunta a primarias —si es que las hay— a la vuelta del verano, más o menos en septiembre. Si Besteiro se presenta, hay quien apunta que podría tener una presentación por todo lo alto aprovechando el San Froilán. Y hay que admitir que esa sí que podría ser la verdadera operación Pulpo, y no el trampantojo que se montó la jueza Pilar de Lara.
