La ventilación mecánica, una estrategia eficiente para la reducción del radón en interiores

Un estudio de la Universidade de Santiago confirma la eficacia de este procedimiento tras analizar la dinámica de esta substancia en un edificio construido sobre una antigua mina de uranio
Un microscopio. PIXABAY
Un microscopio. PIXABAY

Un edificio experimental, único en Europa y construido sobre la antigua mina de uranio de Saelices el Chico, en Salamanca, ha servido para demostrar que la ventilación forzada puede disminuir de forma rápida y notable la concentración de radón en espacios cerrados. Así lo concluye un estudio publicado en la revista Results in Engineering, liderado por la Universidade de Santiago y firmado conjuntamente por Ventilatio Lab, el Citmaga y profesorado de la Facultade de Física.

En dicha investigación se analizó el comportamiento de este gas en condiciones de concentración extrema tras someter a la instalación a diferentes configuraciones de ventilación y tras realizar simulaciones de dinámica computacional de fluidos. Los resultados obtenidos muestran que los niveles de radón descendieron desde valores superiores a 10.000 Bq/m³ hasta cerca de 2.000 Bq/m³ apenas una hora después de la activación del sistema de ventilación mecánica.

Asimismo, este tipo de sistema logró una tasa de renovación del aire de hasta 2,21 veces por hora, frente a la escasa 0,13-0,25 que proporciona la ventilación natural -que implica tiempos de renovación de entre 4 y 8 horas-. Según destacan los autores, el hallazgo demuestra "o papel fundamental da ventilación mecánica" en edificios con aberturas limitadas, mala circulación del aire o ubicados en zonas con poco viento.

El estudio proporciona, de igual forma, información clave sobre los patrones de acumulación del radón y ofrece una base técnica para "optimizar a localización de entradas, salidas ou ventiladores de aire en estructuras existentes o planificadas". Los investigadores también aseguran que la escalabilidad del método permite su aplicación en instalaciones de mayor tamaño "sen costes computacionais prohibitivos" y, más allá de la mitigación del radón, que el marco puede extenderse a evaluaciones más amplias de la calidad del aire interior -como dispersión de contaminantes, control de la humedad y confort térmico en espacios cerrados-.

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