Opinión

Forestal, política e intereses

EL NECESARIO consenso en materia forestal tanto entre las fuerzas políticas como por los sectores implicados en la explotación y transformación de la madera se ve como imprescindible para afrontar uno de los graves problemas que arrastran la sociedad y la economía gallega. 1) El ejercico de unas políticas de oposición mezquinas hace en la práctica inviable el consenso político. La justificación de la no intervención de los concellos en las tareas de limpieza y su no implicación en el seguimiento de las mismas por los particulares es un botón de muestra de que las proclamas van por un lado y las prácticas van por otro. Prima una concepción cutre del partidismo en su ejercicio de diferenciación. No se puede sostener que hay voluntad de afrontar este grave problema cuando en las primeras iniciativas, como la limpieza, salta el resorte de instrumentalización partidista. 2) La resistencia a entrar en las cuentas/economía del fuego es en la práctica una censura para evitar la exhibición y conocimiento de una realidad que, frente a intereses de grupos concretos, demanda un cambio urgente tanto en política de plantaciones y ordenación del monte como en la acción preventiva y de extinción del fuego. Los medios de comunicación deberían prestar atención a esa economía del fuego —al que no le guste el término que aporte otro que responda a la realidad— para que la opinión pública cuente con elementos para formular un juicio sobre el problema de los incendios. 3) La resistencia o incluso el boicot a la adopción de un plan forestal que suponga ordenación del territorio/ plantaciones y regulación de la plantación de especies se mueve en los intereses económicos de grupos dentro de la cadena y en los temores a los costes electorales frente a propietarios tradicionales. Solo la firmeza desde el consenso aportará solución a los incendios y al monte.

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