Más allá de la belleza: las cremas faciales antiedad y los sérum antimanchas y su rol en nuestra salud

Cuidar de nuestra piel no sólo obedece a los estándares de belleza de nuestra sociedad, sino que guarda relación directa con nuestra propia salud. Tratándose del mayor órgano del cuerpo, cuya función consiste en protegernos, tanto las manchas como el envejecimiento prematuro son elementos que debemos combatir a ultranza. 

Entre la belleza y la protección

Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha experimentado y probado con todo tipo de productos y sustancias a fin de crear tratamientos de belleza que, en función de la cultura, sirvieran a la par de símbolo de poder. Si bien en algunas tribus el concepto de belleza se ciñe a estándares no necesariamente extendidos en Occidente, como lo son las escarificaciones y otras prácticas análogas, nuestras sociedades demandan cada vez más productos para contrarrestar el paso del tiempo que aflora en nuestra piel. Y, aunque, por supuesto, el elixir de la eterna juventud no es más que un viejo cuento, los avances en cosmética han logrado acercarse a lo más parecido posible.

A menudo, sin embargo, el paso del tiempo no es obligatoriamente un factor negativo ante nuestra apariencia. De hecho, estados emocionales como el estrés o la ansiedad pueden contribuir a nuestro envejecimiento, causando arrugas y manchas en la piel prematuras. Señalando, además y con la llegada del verano, que la exposición a la luz solar también puede envejecer nuestra piel.

Por fortuna, hoy por hoy podemos hallar en el mercado un gran repertorio de productos que, como la crema facial antiedad de la firma Facial Derm, pueden reducir estos efectos dejándonos una piel donde los signos de la edad y del estrés se reduzcan.

¿Por qué es importante cuidar de nuestra piel?

Aunque muchas personas se compadezcan de no poseer la piel que querrían, nunca hay que dejar de tener en cuenta de que ésta, independientemente de su apariencia y ganándose el título del órgano más grande del cuerpo, nos protege de las bacterias, la temperatura y las sustancias químicas. Por ende, cuidar de nuestra piel no sólo obedece a una rutina que mayoritariamente se relaciona con la belleza como tal, sino que, más allá de ello, cuidar la piel es protegernos mejor. De hecho, y retomando la exposición a los rayos del sol en esta época, una mala protección solar puede acarrear, además de manchas y quemaduras, dolencias como el cáncer de piel.

En relación a ello, la piel se debilita a medida que envejecemos, por lo que presentar un envejecimiento prematuro de la misma, a causa del estrés del trabajo o de la vida en general, afecta directamente a su resistencia ante agentes nocivos. Del mismo modo, una piel envejecida también demora más tiempo en recuperarse tras cualquier herida o roce, añadiendo al asunto un plus de relevancia que debemos tener en cuenta desvinculándolo ya del pretexto de belleza que siempre se relaciona a su cuidado. Al fin y al cabo, se trata de un mecanismo más de nuestro organismo para salvaguardar su salud y, por ello, es nuestra responsabilidad guarecerlo lo mejor posible.

Facial Derm: brindándole a la piel el cuidado que merece

Como se ha mencionado, el mercado ofrece múltiples productos de cosmética para tratar y mantener una piel que luzca fuerte y joven. Asimismo, y dado que no todos poseemos la misma piel, ni su tonalidad exacta ni sus principales características, no debemos aplicarnos cualquier producto al azar, sino que es preciso saber cuál es el tratamiento más idóneo según nuestras condiciones dérmicas.

Para las mencionadas manchas que puede presentar la piel, a menudo a raíz de la edad y su incidencia en nuestra coraza orgánica, productos como el Serum antimanchas de Facial Derm pueden ser de gran ayuda, con resultados visibles tras 28 días de uso.  

Con una fórmula que consigue reducir en hasta un 70% el cortisol, la hormona responsable del estrés que impacta en nuestra piel, el serum antimanchas de Facial Derm contribuye también a aumentar en hasta un 163% las betaendorfinas —o la llamada hormona del "bienestar", aportando también un 57% más de luminosidad en la piel.

Por si fuera poco, el serum de Facial Derm permite también crear fórmulas personalizadas para que no comprometa en modo alguno el resto de tratamientos y cuidados que apliquemos en nuestra piel. En ese sentido, pudiendo dosificar de 2 a 3 gotas de cada sérum a combinar para aplicarlo cómodamente después.

Por otra parte, las cremas faciales antiedad de Facial Derm, a aplicar tras el uso de los sérums, aportan una mayor hidratación a nuestra piel, cuya naturaleza debemos tener en cuenta para escoger el producto idóneo. En ese sentido, las cremas faciales se dividen para piel mixta o grasa y para piel normal o seca. Aunque, como recuerda la firma, se asocia a la piel grasa una buena hidratación, la realidad es que hidratarla debidamente previene la aparición de sebo, que empeoraría su apariencia. Y, en otro punto, las pieles secas, cuyo estado obedece a una carencia de hidratación, deben también hidratarse para reducir la descamación, el picor y la tirantez.

Por una piel sana, bella y fuerte

En todo caso, cada tipo de piel, como se ha mencionado, requiere de un cuidado específico no ya por conseguir que ésta luzca sana y joven, sino para prevenir algunos problemas y afecciones típicas de una mala salud dérmica. Tales como lo son, en ejemplos frecuentes, el acné, los lunares o las infecciones por hongos; pero también su propio envejecimiento vinculado a su debilitación y menor capacidad de protección.

El paso del tiempo incrementa nuestro riesgo de padecer lesiones en la piel a causa de su mayor fragilidad, tanto a causa de frotarla en exceso como por exposición a elementos nocivos para su salud. Por ello, y si no es nuestra apariencia y autoestima la que nos empuja a hacerlo, debemos tratar nuestra piel con el cuidado que merece. Porque una piel sana es un cuerpo protegido y un bienestar asegurado.

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