Y además tiene mar

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Hay ciudades donde lo importante es ir y no cómo ir. Una de estas ciudades es Barcelona, donde enumerar las formas de llegar a una de las urbes más cosmopolitas de Europa es casi una prueba de aquel antiguo y famosísimo programa de TVE el "UN, DOS, TRES", porque son variadísimas y todas válidas; no solo la opción de la mochila sería una de ellas y además de las más usadas, sino cualquiera de las que nos facilitan la actual red de transportes y carreteras.

La Ciudad Condal es una de las que hay que visitar en cualquier momento, sin pensar en qué hacer en ella, porque las opciones se les presentaran en cuanto lleguen. Podrán pasar días sin salir de la misma zona o barrio, visitando los más significativo de cada uno de ellos, aunque sin profundizar para abarcar el mayor número posible, podrá pasar sus vacaciones o unos días libres realizando las múltiples actividades que les ofrece esta ciudad Ciudad Global. En ella se han desarrollado eventos de renombre internacional como la Exposición Universal de 1888, la  celebrada en Montjuic Exposición Internacional de 1929, los Juegos Olímpicos de 1992 o el Fórum Internacional  de las Culturas de 2004.  

Y es que en Barcelona hasta el origen de su nombre es legendario. Quizás la leyenda más entrañable, teniendo en cuenta que el origen del nombre es desconocido, sea la de que Hércules a su regreso del cuarto trabajo en busca del Vellocino de Oro ayudado por los argonautas pasó cerca de la costa de lo que hoy es Cataluña y una enorme tormenta hizo desaparecer la novena embarcación. Él la encontró, la Barca Nona, en las proximidades de lo que hoy es Montjuic, y ante lo espléndido y acogedor del paisaje decidieron quedarse y fundar una ciudad a la que llamaron Barcanona. Quizás la ayuda que el dios Hermes, divinidad del comercio y las artes, les prestó en su momento haya sido crucial para que Barcelona sea conocida como ciudad global por la gran importancia que tiene a nivel cultural, comercial, financiera y turística. No cabe duda de que esa ayuda o gracias con las que la favoreció sigue hoy en día, porque en arte y comercio pocas ciudades superan a la Ciudad Condal. 

Pero cuando suelen estar ante una ciudad de esta magnitud, cuando el que viaja lo hace por negocios, para asistir a eventos o congresos, en viaje cultural y visitas de museos, cuando los edificios de sus calles ya merecen una extasiada observación ante el arte espiritual de Gaudí, tienden a olvidar que Barcelona también tiene mar y unas playas donde reposar y disfrutar del baño y las actividades náuticas que una ciudad bañada por el Mediterráneo les ofrece. Y si le surge las dudas de qué hacer por las tardes noches, cuando el sol decline, dispone de una agenda que pocas capitales podrán ofrecerles. 

No lo duden más y visiten la Ciudad Condal. Y si aún necesitan más ideas entren en Playas de Barcelona y encontrarán todas las que necesitan y para esta y futuras visitas. 

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