Jaime Ostos, ingresado por una preocupante lesión en la espalda

Lleva cinco días hospitalizado y su situación preocupa mucho a su entorno
Jaime Ostos. ARCHIVO
photo_camera Jaime Ostos. ARCHIVO

El torero Jaime Ostos se encuentra ingresado en la clínica de la Zarzuela de Madrid debido a una preocupante lesión en la espalda que le limita muchísimo el movimiento y por la que lleva alejado de la vida pública desde el pasado mes de agosto, han informado fuentes allegadas al veterano espada ecijano, de 88 años.

Ostos lleva ya "cinco días" de ingreso hospitalario y, aunque él se encuentra "bastante animado", la realidad es que su situación preocupa, y mucho, a su entorno, tanto que hasta han llegado a confesar que "posiblemente ya no vuelva a ser el mismo de antes", pues sufre un pinzamiento en las lumbares que, sumado a la osteoporosis que también padece, hace que sufra unos dolores muy agudos en la zona y que le impidan apenas caminar.

"Esta tarde van a hacerle unas pruebas para ver si pueden infiltrarle y ver si mejora algo, pues, sinceramente, ya tiene que moverse con la ayuda de un andador, y, claro, siendo como es de vanidoso y de bravo, se ha negado a moverse de su casa hasta que pueda caminar por sí solo, algo que, a día de hoy, le vemos complicado", añaden las fuentes.

Los dolores que sufre son, según su entorno, "insoportables" 

La última aparición pública de Jaime Ostos fue el pasado verano, cuando se le vio acompañado de su mujer, María Ángeles Grajal, en un acto de la Asociación Española contra el Cáncer; y ya entonces se le vio muy desmejorado y teniendo que apoyarse de unas muletas para poder desplazarse. A partir de ahí, poco o nada se ha sabido del torero sevillano hasta que el pasado mes de septiembre tuvo que ser ingresado en el hospital Montepríncipe de Madrid a causa de un edema pulmonar, afectación que le mantuvo cerca de tres meses en el citado centro medico de la capital de España hasta que pudo volver a su domicilio en unas fechas muy próximas a las Navidades.

Los primeros meses de 2020 no han sido mucho mejores, pues su dolencia en la espalda ha ido a más y los dolores que sufre siguen siendo "insoportables", de ahí que hace cinco días tuviera que volver al hospital para ser nuevamente tratado de una lesión que, según él mismo ha asegurado a sus amigos más cercanos, es mucho peor que cualquiera de las cornadas que ha sufrido durante su dilatada carrera, incluso aquella que sufrió en Tarazona de Aragón en 1963 en la que llegaron, incluso, a darle la extremaunción.

"Está pasando un auténtico calvario; pero si le ves, está como si nada; animado, riendo, sigue hablando de toros como siempre, de cuando toreaba... Ojalá podamos volver a verle en las plazas y en la cantidad de actos que suele acudir, pero, sinceramente, lo vemos muy complicado", apostillan las mismas fuentes. 

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