Prueban la eficacia de un brazalete que vibra al llevarse las manos a la cara

Se espera que el aparato tenga un efecto disuasorio para evitar que el usuario se ponga en riesgo
El brazalete vibrador.EP
photo_camera El brazalete vibrador.EP

Un equipo liderado por el investigador del departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Universidad Autónoma Madrid (UAM) Javier Virués colabora en un proyecto internacional para evaluar la eficacia del brazalete Immotouch, desarrollado por la startup Slightly Robot (Seattle, EEUU), que vibra al llevarse las manos a la cara.

Se trata del proyecto SafeHands, en el que la Autónoma participa en colaboración con la asociación ABA España y la compañía SlightlyRobot, según ha informado la Universidad en un comunicado. 
Immotouch parte de la constatación de que "no llevarse las manos a la cara es más complicado de lo que parece", y, por ello, actúa como "una alarma vibro-táctil que monitoriza la conducta de contacto facial y alerta al portador del movimiento que va a llevar a cabo con sus manos".

Se trata del proyecto SafeHands, en el que la Autónoma participa en colaboración con la asociación ABA España y la compañía SlightlyRobot, según ha informado la Universidad en un comunicado. 
Immotouch parte de la constatación de que "no llevarse las manos a la cara es más complicado de lo que parece", y, por ello, actúa como "una alarma vibro-táctil que monitoriza la conducta de contacto facial y alerta al portador del movimiento que va a llevar a cabo con sus manos".

El estudio reclutará participantes de España, Estados Unidos y Reino Unido que recibirán el brazalete por correo y se prestarán a varias modalidades de uso enviando los datos diariamente al equipo investigador para su análisis.

"El brazalete se cree ayudaría a eliminar la conducta al presentar una leve penalización (el estímulo vibro-táctil). Es de esperar que la mera presencia del brazalete llegue a tener un efecto disuasorio sobre la conducta de tocarse la cara una vez la persona se haya expuesto varias veces a la vibración", ha explicado Virués. 

El investigador considera que "es probable que el uso del brazalete deba limitarse a contextos de alto riesgo de contagio, como las visitas a supermercados o centros sanitarios", y ha señalado que "la aparente ausencia de dominancia manual de la conducta de contacto facial probablemente requeriría de llevar el brazalete en ambas muñecas".

Comentarios