Construir una UE en la que los socios vayan reequilibrando sus presupuestos tras los gastos derivados de la pandemia y la guerra de Ucrania al tiempo que despliegan inversiones para reindustrializarse con la transición ecológica y la digitalización como faros para esquivar el estancamiento económico fueron los desafíos que ayer ocuparon a los ministros de Economía y Finanzas de los 27 en la jornada de cierre de la cumbre informal de Santiago.
En un debate que la anfitriona, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, calificó de "fructífero", los estados convinieron "por unanimidad" intensificar los trabajos para cerrar la reforma de las reglas fiscales de aquí a fin de año para que sean de aplicación a partir de 2024. "Hay un gran compromiso", aseguró la coruñesa, que aspira a que el asunto quede resuelto durante la Presidencia española del Consejo Europeo, que expira el 31 de diciembre, tras lo que asumirá el relevo Bélgica.
Los avances deberían concretarse en la cita formal que el Ecofin celebrará en Luxemburgo el 17 de octubre, en la que España presentará una propuesta de acuerdo. Según Calviño, el foro compostelano sirvió para "poner en valor" el trabajo técnico realizado en verano, que ha servido para consensuar el 70% del contenido del nuevo reglamento.
Pero queda la parte más espinosa. "Para llegar a un acuerdo es preciso pasar ya a la búsqueda del consenso en la fase de negociación política". El debate se centra en procurar el "equilibrio" en un marco que debe garantizar la "reducción gradual de la deuda pública" para blindar la sostenibilidad de las finanzas nacionales y conceder el "necesario espacio para abordar las inversiones" de la transición digital y verde, además de disponer de «incentivos para acometer las reformas estructurales".
La modificación de la gobernanza económica debe adaptarse a las "especificidades" de los estados al tiempo que se garantiza el cumplimiento de las reglas comunes y la "igualdad de trato".
LAS NORMAS. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento —que estipula que los estados deben limitar el déficit de sus presupuestos anuales al 3% del PIB y que el nivel de deuda no debe exceder el 60%— quedó en suspenso en 2020 debido a la pandemia y, luego, por la guerra.
En abril, la Comisión Europea (CE) planteó que todos los socios cuyas cuentas presenten un desequilibrio superior al 3% acometan un ajuste de al menos medio punto anual, además de defender que se les impida incrementar su gasto neto por encima de su potencial crecimiento económico en el medio plazo. Mientras Francia defiende unos objetivos individualizados y flexibles, Alemania reclama marcar una senda de reducción del pasivo a los estados más endeudados para garantizar la igualdad de trato. De su lado, Italia pide que el nuevo marco dé un trato distinto en el cómputo del déficit a las ayudas a Ucrania y al gasto en Defensa, dado el compromiso de los socios de la Otan de destinar al menos el 2% de su PIB a este capítulo. El ministro Giancarlo Giorgetti lo puso ayer sobre la mesa.
Consciente de la división, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, defendió la propuesta de la CE. Advirtió que, aunque está "abierta a modificaciones", no se debe "cambiar el equilibrio" del plan. Insistió en que hay que conjugar la vuelta a la disciplina con la ejecución de las inversiones necesarias para impulsar el crecimiento, tensionado a la baja por las rebajas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) para controlar los precios. El italiano afirmó dejar Santiago con la impresión de que los socios "han tomado conciencia" de la necesidad de "acelerar e intensificar" los contactos y tomar "decisiones" por lo que loó el "gran trabajo" de la Presidencia española de turno.
También ensalzó la "ambición" de Calviño de cerrar la reforma antes de fin de año el vicepresidente de la CE Valdis Dombrovskis. Ironizando, señaló que los socios han esbozado en Compostela "el Camino Fiscal".
A falta de ver si la buena voluntad cristaliza en un acuerdo antes de fin de año, por ahora, para elaborar sus presupuestos para 2024 los estados deben atender a las orientaciones de política fiscal que Bruselas emitió en primavera.
En cuanto al resto de asuntos abordados ayer, el letón señaló que hubo espacio para reflexionar sobre el aumento de los riesgos de fragmentación económica y comercial mundial tras el covid y la guerra. Europa evalúa cómo mantener su apertura, "apuntalar su resiliencia" económica y ganar competitividad. Dombrovskis apuntó a la necesidad de garantizar cadenas de suministro "confiables", con las materias primas y la energía en el foco. Y para competir, explicó que los gobiernos deben crear "entornos" para que las empresas puedan "innovar, prosperar y crecer", sin descuidar a los ciudadanos, que deben "beneficiarse del crecimiento".
Los banqueros centrales se citan en O Gaiás
La presidenta del BCE encabezó ayer con el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, una reunión con líderes y representantes de varios bancos centrales. El viernes, Christine Lagarde defendió la subida de tipos —que el supervisor situó el jueves en el 4,5%, en su nivel más elevado desde 2001— como la vía para "ganar la batalla a la inflación".
Las ayudas de China a la industria del coche eléctrico, bajo lupa
"Debemos proteger la competitividad de las empresas europeas y, al mismo tiempo, mantener la UE como un actor abierto en el comercio internacional", señaló Calviño al ser preguntada por la investigación abierta por la CE sobre las ayudas de estado entregadas por China a su industria del coche eléctrico. Dombrovskis abordará el asunto en unos días en Pekín.
