Los propietarios forestales reclaman "mutualizar" el coste de la limpieza de las franjas secundarias
Tras la oleada incendiaria que este verano asoló los montes gallegos, la Asociación Forestal de Galicia (AFG) advierte que resulta "moi difícil manter" las franjas secundarias que circundan los núcleos de población desbrozadas y pone una propuesta sobre la mesa: "mutualizar a responsabilidade" de la limpieza "entre o conxunto da sociedade". El colectivo, que agrupa a propietarios privados y a comunidades de montes en mano común, advierte que descargar en ellos "a responsabilidade e o custo do mantemento" del monte "resulta excesivo, discriminatorio e inxusto".
Además, demanda "cambiar o sistema" por el cual se establece ese margen de 50 metros que fija la Lei de prevención e defensa contra os incendios forestais de Galicia de 2007 para limitarlo al entorno "das edificacións", y no "á liña imaxinaria de núcleo rural".
Y dado el rápido crecimiento de la vegetación en Galicia, la AFG defiende que se consienta que el matorral alcance una altura de 50 centímetros, una dimensión que los dueños de los montes consideran que "permite controlar un posible lume sen grandes dificultades". Todo ello para no tener que acometer más de una roza anual.
La asociación ha divulgado entre sus socios un decálogo de consideraciones en relación a los incendios, "cunha análise e proposta de medidas a adoptar". Además de las relativas a las franjas de gestión de la biomasa, en materia de prevención la AFG llama a invertir "moito máis" e insta a las administraciones a "deseñar entre todos os axentes implicados" los planes, teniendo en cuenta "as condicións de cada distrito" y la nueva tipología de grandes incendios. Convencidos de que los cortafuegos tradicionales "xa non son a solución", los propietarios ven necesario "deseñar grandes áreas de defensa estratéxicas".
En esta línea, la organización que preside el ingeniero de Montes y profesor de la USC Antonio Rigueiro advierte que es necesario "contar todo o ano" con personal "cualificado" que trabaje tanto en la extinción como en labores de prevención, "organizando de maneira eficiente o seu traballo". El decálogo también alude a la necesidad de "transmitir claramente" cuál es la Administración que tiene la responsabilidad "destas tarefas, sen confundir á opinión pública".
Facilitar el pastoreo y las quemas controladas
Como complemento, la asociación demanda que se "potencien" el pastoreo y las quemas prescritas como "dúas ferramentas de prevención" del fuego, "facilitando a súa posta en marcha" por parte de la Administración y procurando "a colaboración" de los propietarios forestales. "Aplicándoas correctamente, minimizaranse os seus posibles efectos negativos, que sempre serán menores que os dos incendios salvaxes de verán que se queren previr", alega el colectivo.
Desde la convicción de que la lucha contra las llamas "non pode centrarse nunha única acción", sino que pasa por combinar varias intervenciones, la AFG pide "unidade e sensatez" a los partidos, "fuxir de populismos" y que cada parte asuma "as súas responsabilidades".
Defienden que "a maioría" del monte está "ben xestionado"
En su diagnóstico tras una temporada estival en la que se calcinaron unas 171.000 hectáreas en Galicia, según el sistema de información de incendios forestales de la Comisión Europea del programa Copernicus, la agrupación advierte que la propiedad forestal "é a gran damnificada" por las llamas y lamenta que la sociedad "non recoñeza, en xeral, o seu papel como benfeitora social" por la actividad silvícola y la gestión del territorio.
La AFG recalca que "a maioría do monte de Galicia está ben xestionado", si bien admite que hay "casos específico de abandono" que considera resultado de la despoblación, la falta de rentabilidad o el "microfundio", que ve clave "atallar" con políticas e incentivos específicos.
A juicio de los propietarios, el abandono del rural y el envejecimiento de la población, sumados "á enorme capacidade produtiva da vexeteción, "son os causantes do asilvestramento do territorio" sobre todo donde el monte no resulta productivo.
El colectivo, que llama a "substituír" la expresión "monte limpo" por "monte rozado", defiende que "a limpeza" de estas zonas entendida como eliminación del matorral "é inviable eocnomicamente e, ecoloxicamente, resulta "moi prexudicial se se fai dunha forma integral".