Una tarde de hace treinta años, en una cafetería de Pontevedra le estuve explicando a un compañero de carrera, durante más de una hora, que yo no entendía otra forma de vivir la vida que pensándola.
Es bien sabido que en las aldeas gallegas, durante mucho tiempo y a veces aún ahora, bastantes perros llevaron los nombres de algunos de los mariscales de Napoleón.
En mi habitación de Madrid hay una tele. El otro día la enchufé. Cogí el mando, le soplé el polvo y pulsé el botón On/Off, pero no hacía nada. Abrí el compartimento de las pilas y vi que estaban…
XA SABEN vostedes que estamos na época da indignación e a ofensa, sobre todo polas redes sociais. Todos estamos ofendidísimos por como nos foi na feira e esquecemos que a contamos segundo como nos…
Por fin he acabado El periodista deportivo . No me ha gustado mucho, pero ha valido la pena. Y dice Ford: “Mis padres simplemente me querían y yo les quería a ellos. No sentían la necesidad de…
El 18 de agosto de 1997 una caravana de veinticinco limusinas blancas cruzó las calles de Memphis. Un río de gente en el borde de la carretera lloraba a su paso
A VECES, EN Madrid, caminando entre tantas mujeres, y tantas tan atractivas, me siento como un niño mirando el escaparate de una pastelería, con la nariz pegada al cristal.
¿Saben aquel que diu que es uno que se encuentra con un amigo y le dice: "El otro día vi un anuncio en el periódico que decía Señorita enseña el búlgaro, y fui y era un idioma, tú?"
LA EXTRAÑEZA de saber que por todos lados se acaba. De preguntarse cuándo empieza todo en un pedazo de tierra en medio del mar, cómo se llega aquí y por qué. Menorca
En Tormenta de verano, la gran novela de García Hortelano, el protagonista sale a dar un paseo por el campo y dice que solo es capaz de distinguir entre árboles, matorrales, hierbajos y flores. A…
EN LA PARED de mi habitación de Madrid tengo un póster de un cuadro de Kandinsky que compramos hace bastantes años en la tienda del Thyssen. Nunca llegamos a enmarcarlo para casa, y ha acabado aquí…
Media hora después de salir de Copenhague nos desviamos hacia un bosquecillo nevado. Los coches avanzaron despacio por un camino de grava entre los árboles hasta un edificio cuadrado de dos plantas…